En los distintos seminarios y cursos que he realizado, me enseñaron diferentes técnicas para lograr un acabado perfecto en el rostro a través del color de los labios, mejillas y cejas. De todos, el más práctico es maquillar la Muñeca con cosméticos.
Quizá no sea el más profesional, pero sí el método más fácil.
A lo largo del tiempo iremos avanzando en otras formas y será cada una la que elija el método que le resulte más fácil o más profesional según las preferencias.
Es necesario contar con rubor compacto de varios tonos, preferentemente ver, a la hora de comprarlo, puntualmente que no tenga brillo.
Se puede aplicar con la brocha que trae el propio rubor o con algodón o con los dedos en forma circular.
La ventaja que tiene el rubor a otras técnicas es que lo saco fácilmente con una toallita húmeda si no obtuve el efecto deseado.
La variedad de tonos es indispensable ya que, en cada muñeca varía la intensidad que se le daba a los "cachetes".
Por lo general estaban bien rojos en los bebés y más atenuados en las caminadoras. ¡Atenuados pero nunca faltante!
Al igual que el rubor, un poco de sombra en los párpados, por debajo de la ceja, da profundidad a la mirada.
Se trabaja igual que el rubor.
Cuando lo apliquemos debemos hacerlo suavemente porque "copia la textura" de la pintura y si esta no está pareja deberemos quitarlo y lijar hasta lograr una textura perfecta.
Al comenzar con la restauración propiamente dicha, profundizaremos en este aspecto.
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